El Álamo – el soñador de la cultura celta

Estás invitado a conocer todas las más impactantes características del Álamo, un signo del horóscopo celta, un horóscopo que se basa en asignarle a las fechas de nacimiento uno de los veintiún árboles sagrados que esta milenaria cultura poseía. El hecho de que cada árbol se corresponda con una luna diferente le confiere rasgos distintivos a cada persona.

En el caso del álamo, árbol que se le atribuye a personas nacidas del 4 al 8 de febrero, del 1 al 14 de mayo y del 5 al 13 de agosto, estamos ante personas cuya prioridad es la espiritualidad y la meditación. Pero esto no es todo, los álamos tienen mucho más para ofrecerle al mundo. ¿Quieres conocerlos?

La personalidad del Álamo

• Desconectados de la realidad: estas personas son gentiles de naturaleza. Se encuentran algo distantes de este mundo por el hecho de que la meditación es un método que tienen para escaparse de la realidad y entrar en un limbo del que se convierten en residentes permanentes. No les sirven las soluciones reales, por lo que irles con la verdad no es la mejor idea si queremos tener una relación armoniosa, o una relación de cualquier tipo con ellos, puesto que lo que buscan es seguir en ese mundo de fantasía que ellos mismos se crearon. La mejor forma de convivir con ellos es disfrazarles la realidad tal como si fueran niños a los que hay que proteger para no dañar sus sentimientos más profundos.

 

• Estetas: por otro lado, los Álamos tienen un gran sentido de la estética. La belleza es para ellos la forma de ver la mejor cara de la vida. No conciben vivir sin belleza, la cual aplican a todos los aspectos de su existencia. Es decir que utilizan palabras bellas, ropas bellas, embellecen su casa y albergan sentimientos bellos y armónicos. Jamás podremos esperar una grosería por parte de un álamo, en parte por su sensibilidad ante la belleza y en parte porque son personas bastante inseguras. No confían en ellos mismos y sólo pueden sacar su instinto de supervivencia ante una situación límite.

 

• Idealistas: estas personas son muy idealistas. Esta característica tiene su parte buena y su parte mala. La primera se trata de que les aporta una credibilidad casi de cuentos de hadas. Por ello es que son personas tan encantadoras, ya que su inocencia los convierte en seres que parecen venir de otro mundo. Sin embargo, no todo es tan positivo, dado que en busca de hacerse de un entorno familiar y de amistades tan armoniosos y perfectos, pueden terminar en una devastadora soledad.

Cómo tratar con los Álamos

Acompañar a un álamo en la ruta de la vida implica enseñarles que el mundo no es como los cuentos infantiles lo pintan, sino que también puede ser que los buenos deban vivir un final infeliz. En otras palabras, son personas que necesitan ser instruidos como niños en lo que se refiere a la maldad que pulula por todas partes entre el cielo y la tierra.